Los mitos de entrenar la fuerza en personas con obesidad o sobrepeso

A lo largo de los años, la investigación en el campo de la actividad física y el deporte ha estado en constante crecimiento. Sin embargo, es difícil erradicar (a nivel social) los mitos que han existido siempre alrededor del entrenamiento de fuerza. A día de hoy, mucha gente sigue pensando que el entrenamiento de fuerza hace multiplicar el volumen corporal, disminuye flexibilidad, daña las articulaciones, hace perder la feminidad de las mujeres o que, cuando se deja de entrenar fuerza, el músculo se convierte en grasa. Todo esto no son más que mitos, por eso vamos a desmentir aquellos relacionados con los entrenamientos de fuerza y la obesidad para, de una vez por todas, dar luz a estos errores.

“Para perder peso lo mejor es el cardio”



Empezamos con el mito de los mitos. ¿Cuándo no ha comentado un amigo o, incluso, un entrenador que lo que necesitas es correr más y soltar esas pesas? 

Esta creencia de que realizar entrenamientos cardiovasculares sea lo mejor ha hecho que la población se aleje de los gimnasios y este es, sin duda, el mito más repetido y al que se tiene que dar mayor visibilidad para que la población general no esté equivocada. Hay que recordar siempre que es una buena herramienta, pero es eso: una herramienta más y, por ello, no la única. De esta manera, no tenemos que cerrarnos, es la combinación de varias lo que hará que sea un entrenamiento de mayor calidad, todo esto siempre sin olvidar una buena alimentación.

Un estudio de la universidad de Quincy en Ilinois, trabajaron en los efectos del entrenamiento de fuerza en la salud y concluyeron que, si nuestro objetivo es la pérdida de grasa, los entrenamientos de fuerza son muy efectivos y que pueden llegar a ser incluso más beneficiosos que solo el cardio. Aunque, si se realiza una combinación de ejercicios aeróbicos con fuerza, resultaría todavía más interesante. Usualmente, los extremos son malos y combinar ambas es la mejor opción. También hay que recordar que los ejercicios de cardio de alta intensidad tienen muchos beneficios en la pérdida de grasa, pero para personas con obesidad pueden acabar siendo perjudiciales, causándoles lesiones en rodillas y articulaciones.

“Si haces fuerza, estarás muy rígido y no tendrás flexibilidad”

      Este mito tiene un origen claro, pero muy poco realista. Viene de la creencia de que, si se hace fuerza, la persona será el próximo Arnold Schwarzenegger…y las cosas no son tan fáciles.

      Obviando la parte de que para ser fisicoculturista se requieren unas características genéricas y un entrenamiento muy duro y largo, de manera normal el crecimiento no es tan rápido. Además, si se ejecuta la técnica correctamente, con el peso adecuado y con un rango de movimiento completo, se produce una mejora en la flexibilidad. 

      Entonces, ¿Cuándo puede perderse flexibilidad? Es probable que ocurra si se realiza una mala práctica del ejercicio, como podría ser cargar peso por encima del límite, lo cual produciría que no se pueda realizar un rango de movimiento completo, llevando al acortamiento muscular. Si esto no fuera suficiente, la prueba son los deportistas de élite (ya sean de gimnasia o de otros ámbitos olímpicos) que tienen cuerpos muy musculados y, aun así, tienen una buena calidad muscular tanto en flexibilidad como en potencia. De cualquier modo, hacer estiramientos activos antes y durante el ejercicio, además de estiramientos en estático después, ayudarán a mantener y desarrollar mejor flexibilidad.

      “Si te metes al gimnasio, vas a dejar de parecer una mujer”


      Es una rotunda mentira. En primer lugar, una cosa es la estética que puede llegar a ser importante para el cliente y las implicaciones que esta pueda tener en su autoestima y la otra que las mujeres al entrenar fuerza vayan a conseguir una excesiva musculación. Esto no se obtiene de forma simple, puesto que intervienen numerosos factores como el descanso, un buen plan de entrenamiento, la alimentación, etc. Y, aunque todos estos cambios se produjeran, hay un factor que parece que no se tiene en cuenta y es el tiempo: tiene que pasar mucho tiempo para que una persona con obesidad llegue a conseguir algo así. Además, para que esto ocurriera sería necesario que la persona lo buscara (tendría que tomar suplementos, usar sustancias dopantes, realizar entrenamientos específicos y duros…). Ahora bien, el entrenamiento con pesas lo que si presenta son beneficios como los siguientes:
      • Mejora la postura.

      • Aumenta el gasto calórico.

      • Fortalece la musculatura y la tonifica.

      • Previene lesiones.

      “El entrenamiento de la fuerza es lesivo”


      Hacerse daño en cualquier ámbito de la vida es posible, desde que ponemos un pie en la calle corremos el riesgo.

      La pregunta es: ¿el riesgo en los gimnasios al entrenar fuerza es más alto que el de hacer cardio?

      La respuesta corta sería no, pero la larga es que, si se desarrolla el ejercicio siguiendo una buena técnica, cogiendo un peso adecuado y con profesionales apoyando a los clientes (como ya hemos ido explicando), se reduce ese riesgo. 

      Además, también ayuda a que en la vida diaria no se produzcan lesiones, ya sea a raíz de una caída o cualquier otro accidente. Tendremos articulaciones y músculos más fuertes y, en caso de lesión, la recuperación es más rápida cuando se tienen fibras musculares de calidad y tendones bien cuidados, siempre acompañado de una buena alimentación e hidratación. 

      Al final, para evitar cualquier tipo de lesión al entrenar ejercicios de fuerza es necesario conocer la técnica de los ejercicios que se van llevar a cabo, realizar un calentamiento enfocado a los mismos, adaptar el peso a utilizar y, como no, contar con un instructor que asesore adecuadamente. 

      Si de asesorar sabe alguien, esos son nuestros profesionales de AreaZero: no solo tenemos claro que todo esto son solamente mitos, sino que no solo entrenamos sino también formamos a profesionales. Si estas interesado, ¡contacta con nosotros!


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