Es habitual ver en artículos de periódicos, revistas, blogs y posts en redes sociales ejercicios concretos que deben realizar las personas con sobrepeso u obesidad para bajar de peso. Entre ellos puedes encontrar un sinfín de actividades, como trabajo cardiovascular, abdominales, sentadillas y un largo etcétera. Sin embargo, la prescripción del ejercicio físico debe emanar de un profesional y de forma individualizada. Es decir, cada persona tiene unas capacidades, experiencia, estado físico y situaciones particulares, por lo que el ejercicio no debe ser el mismo para todo el mundo. El profesional debe tener en cuenta todas estas características y analizar la respuesta a los ejercicios y, así, ir adaptando su entrenamiento.
La rutina de entrenamientos no es una fórmula matemática en la que todo está cuadriculado: se debe atender a circunstancias que pueden ocurrir en la vida del paciente. Desde Area Zero apostamos por el aumento de entrenadores especializados en personas con obesidad, una enfermedad que acarrea una gran cantidad de afecciones en la salud. Por ello, ofrecemos cursos de formación online para que estos profesionales puedan profundizar en sus conocimientos.
Con todo, nos disponemos a realizar un resumen de los tipos de entrenamientos que se le deben pautar a una persona obesa, así como otras tareas esenciales del entrenador para lograr la adherencia del paciente al compromiso de entrenar con una frecuencia constante.
Cómo y quiénes deben prescribir ejercicio físico a personas con obesidad
Tipos de entrenamiento para perder peso
Antes de nada, es necesario dejar atrás la concepción de que para curar enfermedades relacionadas con la sarcopenia o el sedentarismo hay que prescribir al paciente ir a nadar o ir a caminar.
¿Cuál es el objetivo a corto plazo?
¿Qué modelo de entrenamiento es ideal para ese objetivo?
¿En qué momento hay que prescribir ciertos tipos de ejercicio?
¿Cuál es el objetivo de cada ejercicio?
En primer lugar, antes de prescribir el ejercicio, se debe realizar un análisis del estado de salud y de la condición física del paciente para, posteriormente, prescribir el ejercicio físico de forma adecuada e individualizada.
A continuación, nos disponemos a comentar los principales tipos de entrenamiento para perder peso.
HIIT
Los entrenamientos interválicos de alta intensidad son denominados HIIT por sus siglas en inglés, que significan High Intensity Training. Se trata de períodos repetidos de ejercicios de alta intensidad llevados a cabo a la máxima potencia posible con períodos más relajados o de reposo.
Entrenamiento con carga
El entrenamiento de fuerza es esencial para cualquier programa de entrenamiento, ya sea para mejorar el rendimiento en un determinado deporte como para llevar una vida más saludable. No obstante, es aún más importante en los planes de pérdida de grasa y de mantenimiento de la masa muscular.
Ejercicio aeróbico y de resistencia
El tan conocido ‘’trabajo de cardio’’ también es denominado MICT por sus siglas en inglés de Moderate Intensity Continuous Training, es decir, entrenamiento continuo de intensidad moderada. Se trata de una de las modalidades más ampliamente aceptadas por la población para perder peso.
Fortalecimiento del corazón.
Mantenimiento o reducción del peso corporal.
Mejora de la composición corporal.
Mejora del estado de ánimo.
Fortalecimiento del sistema inmunológico y protección frente a enfermedades virales.
Disminución del riesgo de padecer afecciones como diabetes, hipertensión arterial, obesidad, osteoporosis y ciertos tipos de cáncer.
Control de enfermedades crónicas como la diabetes.
Mayor calidad de vida.
Movimiento diario o actividad física no programada
De la misma forma que es importante entrenar entre 30 y 60 minutos al día, también lo es mantenerse activo y en movimiento durante el resto del día. Estar acostado o sentado casi todo el tiempo es negativo para la salud. Por ello, es conveniente que, siempre que podamos, hagamos actividades cotidianas que impliquen movimientos, tales como caminar, limpiar o subir o bajar escaleras.
El ser humano es una especie hecha para moverse, por lo que mantenernos activos nos traerá numerosos beneficios: mejora nuestra composición corporal, frenamos la subida de peso, aumentamos el gasto energético, mejora nuestra autoestima y salud mental, fomenta nuestra creatividad y un largo etcétera.
Por lo tanto, como entrenadores hay que tener en cuenta el concepto NEAT (Non-Exercise Activity Thermogenesis), es decir, toda actividad física realizada fuera de la programación del ejercicio.
En definitiva, existen una infinidad de ejercicios que mejoran la salud de una persona con obesidad. Por lo tanto, es importante que el profesional sepa cómo programar los entrenamientos del paciente para que se cumplan los objetivos de manera eficaz. En Area Zero queremos brindarte la oportunidad de ampliar tus conocimientos en materia de entrenamiento para personas con obesidad mediante formación online. Nuestra amplia experiencia y especialización te ayudarán a convertirte en un entrenador del 10.
No dudes en contactarnos para más información.